Quería compartir con ustedes un poco acerca de lo que ha sido mi experiencia con los ángeles. Tenía la impresión de que todos estábamos conscientes de esto, pero me he dado cuenta de que no es así en todos los casos, así que para aquellos a quienes les interese saber, les quería contar un poco sobre ellos.
Para empezar, todos tenemos ángeles a nuestro lado, siempre. Todo el tiempo. Desde el momento en que llegamos aquí, hasta el momento en el que nos vamos, nunca estamos solos. Cada uno de nosotros tenemos más de dos seres de luz con nosotros, entre ángeles y arcángeles. Algunos vienen a nosotros en ciertas situaciones de nuestra vida y una vez que cumplen su propósito otros más vienen, pero siempre tenemos a nuestro lado a los “fijos”, los que están con nosotros desde que nacemos.
Los ángeles son seres de luz, esto quiere decir que están al servicio de Dios, son seres a quienes solo les importa nuestro bienestar, que nos aman incondicionalmente y a quienes solo les interesa que seamos felices, ya que siendo felices es como nosotros cumplimos nuestro propósito aquí en la tierra. Los ángeles no conocen nada más que el amor, porque ellos provienen del amor y saben que nosotros de igual forma así lo hacemos.
Los ángeles son universales, no saben de religión ni de límites creados por el hombre, así que no importa de cuál religión seas o no creyente, ellos, como los otros seres de luz, ayudan a quien les pide ayuda. Los ángeles siempre están pendientes de nuestros pensamientos, cuando les hablamos, ellos nos escuchan, y sólo están a la espera de que pidamos de su ayuda para poder intervenir en nuestra vida. Los ángeles respetan mucho nuestra libertad para tomar decisiones, y ellos nunca hacen algo que vaya en contra de nuestro libre albedrío. Cuando nosotros les damos las gracias por su ayuda, por cuidarnos y estar siempre a nuestro lado, ellos nos escuchan, así que no dudes en hablar con ellos y contarles acerca de tus preocupaciones o problemas.
A los ángeles no hay porque tenerles miedo, ellos no nos juzgan, pero siempre están dispuestos a ayudarnos a mejorar nuestras vidas, a que estemos en paz con nosotros mismos, y a que seamos felices. Lo único que tienes que hacer para acercarte a ellos, es estar consciente de su presencia, ya que ellos siempre están ahí, esperando el momento en el que pidas de su ayuda.
Con amor,
Miriam Gómez
Ángeles Día a Día